Este
post debería escribirlo mi hermano. Él fue el que me recomendó el grupo
mientras yo estaba en la “mili”. Sorprendente, porque en esa época eran en él
habituales grupos siniestros, vestidos de negro, de música difícil y
frecuentemente atormentada.
Se
trata de un grupo totalmente diferente, de escaso encaje en el contexto de la
época, con una música elegante, un estilo intensamente personal, atemporal, sus
canciones podrían haber sonado en un cabaret de los años cincuenta o ser un
grupo de moda actual. Los ingredientes son extraordinariamente sencillos, una
voz masculina entonada y potente, como pude comprobar en directo en 1987, unos
coros femeninos adornando como farolillos las canciones, contestando en la lejanía a los
requerimientos masculinos, que se mecen suavemente con los ritmos musicales,
decepcionantes en directo por su poca presencia y escasa participación y, una
producción exquisita de Thomas Dolby. Todo suena tal como debe, conformando un
disco cristalino, para escuchar una y otra vez.
El
disco es claramente de entretiempo, para primavera u otoño (no lo suelo poner
nunca en verano y menos en invierno). Ideal para comenzar la mañana ya amanecido,
tomando un desayuno en pijama, aprovechando las oleadas de hormonas matutinas
que nos incrementan el ánimo con los rayos solares. No es apto para
nocturnidades, esas horas en que las letras podrían devenir traicioneras y para
soportarlas se hace imprescindible recurrir a excitantes que sustituyan el
efecto euforizante del cortisol matutino.
Este
es uno de aquellos discos que te puedes pasar años oyendo solo las canciones de
una cara. De hecho, yo tardé mucho tiempo en oír la cara “B” y todavía ahora
conozco relativamente poco sus canciones que sólo habré oído diez o quince
veces en comparación con las centenarias audiciones del resto . No son malas, todas
ellas aisladas son excelentes como “When the angels”, “Moving the river” o
“Horsin’ around” pero no alcanzan la vibrante emoción producida por la audición
ordenada de las cinco canciones excepcionales encadenadas del anverso.
El
disco se abre con “Faron youg” una canción campera que no hace presagiar en
absoluto lo que va a suceder a continuación (yo me la salto habitualmente). A
continuación, suena el viento, quizás una brisa que se mantiene de fondo toda
la canción, una frase de teclados, unos toques magistrales de platillos y unos
rasgueos de guitarra acústica irrumpen armónicamente y ...la voz de Paddy
McAloon llena el estéreo con las primeras estrofas de “Bonny” a cuyos “Shadded feelings” contesta a lo lejos
Wendy Smith con un aterciopelado “I don’t believe you” y al poco un redoble
nos transporta hasta el estribillo. La canción sigue un crescendo continuado al
que se van sumando voces hasta el final. “Save
your speeches, flowers are for funerals”.
Podrías
quedar extenuado pero a continuación unos teclados y la batería abren
“Appettite”. En ésta la presencia de batería y bajo son más marcados que en la
anterior, destaca de nuevo la voz solista puntualizada por el coro femenino
distorsionado con efectos de laboratorio. El estribillo, cantado a dúo, es de
aquellos que se te meten en la cabeza todo el día y dan vueltas y vueltas hasta
que te salen cantados en el momento más inoportuno.
“So
if you take - then put back good
If
you steal - be robin hood
If
your eyes are wanting all you see
Then
I think I’ll name you after me
I
think I’ll call you appetite”
Sin
solución de continuidad aparece con unos teclados atmosféricos la gran balada
del disco “When love breaks down”, suaves toques del bajista y platillos
acompañan la demoledora letra inicial. Por suerte el estribillo tiene ritmos
optimistas que convenientemente escuchados en la hora pertinente del día hacen
menos doloroso el relato de la pérdida.
“Mi
amor y yo, funcionamos bien juntos, pero estamos apartados a menudo, la
ausencia hace que el corazón pierda peso, hasta que el amor termina por
romperse. Oh, querida, ¿has visto el clima? La dulce lluvia de septiembre cae
sobre mí más que en nadie hasta que me ahogo. Cuando el amor se rompe, hay
cosas que haces, para intentar que la verdad, deje de lastimarte. Cuando el
amor se rompe, inventamos varias mentiras, únicamente para engañarnos. Mi amor
y yo, peleamos, ella nunca me desplazará, la caída nos liberará como confeti.
para pintar así a la ciudad. Cuando el amor se rompe, hay cosas que haces, para
intentar que la verdad, deje de lastimarte. Cuando el amor se rompe, inventamos
varias mentiras, únicamente para engañarnos. Cuando el amor se rompe, unes los
pedazos, abandonando el corazón, en busca de sexo fácil. Cuando el amor se
rompe.”
Las guitarras inician “Goodbye Lucille”
una canción cuyo título no acaba de encajar en una letra en la que Lucille
brilla por su ausencia, usurpada por un tal Johnny, al que reclaman un poco de
cabeza y comprensión en el amor, incluso le animan a que se aliste en la legión
y se mofan de su edad. La canción es un sube y baja constante entre el solista
y las cariñosas (por suerte) llamadas de los coros a nuestro protagonista
hasta llegar al estribillo: “Ooh Johnny
Johnny Oo, Life's not complete till your heart's missed a beat. And you'll
never make it up, or turn back the clock. No you won't, no you won't. No you
won't, no you won't. Johnny Johnny Ooh.”
Esta
cara finaliza con “Hallelujah”, un título excelente como broche final. Una
esperanzada canción de amor acompañada de unos riffs de guitarra casi funky y
el “Ooh, Ooh, Oooh; AhAhAh” de Wendy con los que finaliza de forma solemne esta
mitad del disco. Suelo acabar postrado e incapaz de oír seguidas las otras
cinco canciones del disco.
Por
suerte la vida es más atormentada contada o escuchada que vivida. Al finalizar el disco, todavía soy
capaz de reunir fuerzas para salir a la calle a apurar el día con un moderado grado de
optimismo y expectativas.
Es curioso que no haya usted mencionado la mejor canción del disco y una de las cinco o seis en la historia desde que el mundo es mundo. Le recomiendo que pare atención a "Desire as", aunque no es una melodía facilona y pegadiza (casi ninguna de Prefab Sprout lo es) tiene una complejidad y un in-crescendo que la convierten en posiblemente lo más elegante y sugestivo que el oído y el cerebro puedan percibir. Y esto se lo dice alguien que ha puesto este disco COMPLETO un par de miles veces desde hace 27 años, porque con The Beatles y ex-aequo con The Smiths, Prefab Sprout, y en concreto Paddy McAloon, son lo más grande en este negocio de la musiquilla ligera...
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