¿De quién merece la pena repetir post? La respuesta es evidente: de aquellos artistas de los que tengas más obras. Si te has dedicado a recopilar tantas, será que hay más de una que merece la pena. En el caso de este blog, eso se traduce en que, por ejemplo, se han dedicado tres entradas a Robert Fripp (dos de ellas semirrepetidas sin querer), y lo mismo podría ocurrir con REM, Peter Hammill, Van Morrison, XTC, Javier Bergia, Carlos Chaouen, David Sylvian, Joni Mitchell, etc. Y..., ¡en efecto, Todd Rundgren!
Poco importa quién redactó la entrada dedicada a Something/Anything. Hay pasiones que se comparten sin ningún esfuerzo. Y me parece que los que hemos pasado muchas horas escuchando música nos debemos parecer en algo. ¿Será que siempre fuimos unos inadaptados?
Todd llegó a casa antes, creo que a través de un especial de Vibraciones (donde poco más o menos decía que todos sus discos eran obras maestras absolutas); pero, que yo recuerde, lo hizo de forma masiva a través de una pareja de hermanos de las Casas Baratas del Turó de la Peira, los hermanos Martínez. Eran fanáticos de Rundgren. Lo tenían todo allá por los primeros años ochenta. Y por ellos pudimos escuchar muchos más discos de los que podíamos comprar. Gracias. Y Todd llegó para quedarse, a través de sus dos caras: en solitario y con Utopia.
La carrera de este hombre es larguísma y compleja, pero podría resumirse valientemente en que es un maravilloso compositor de melodías pop y un avezado ingeniero de sonido, en que siempre le ha gustado experimentar dentro de un orden y que su aceptación del comercio industrial no ha traspasado nunca la propia dignidad, y en que su gusto por el soul y el rock duro le otorgan un sonido tremendo, muy atractivo.
Healing era su noveno disco, me parece (sin contar a Nazz y a Utopia). Y en él mezcla la sabiduría en eso de hacer ruidos y usar sintetizadores con melodías plácidas, muy recomendables para la banda sonora de un día de felicidad estoica. Al parecer, el hombre se sentía muy agobiado, y creyó oportuno curarse a sí mismo con este disco. En él canta y lo toca todo, como en muchos otros suyos en solitario (si no me equivoco, hasta hace todos los coros).
No es el disco para conocer al Todd más guitarrero (para eso, Ra, de Utopia, o Back to de Bars, el doble en directo de la época de Hermit of mink hollow. Qué discazo), pero es definitivamente una obra muy hermosa. Se divide, según el propio Todd, en dos partes. La cara uno cuenta la historia, y la cara dos es la banda sonora de esa historia.
Recomiendo escucharlo de cabo a rabo, cómodamente sentado, y con la expectativa de asistir a una exposición de paisajes y sentimientos emocionantes.
Todos los médicos deberían tener este disco junto al caduceo y al diploma. En verdad, sana a quien lo escucha.
Disco completo
Concierto completo