Esclarecer.
Para esta entrada había seleccionado el disco "Dragón Negro" de 1994 y mientras buceaba en sus canciones se me cruzó el color "Rojo" de su anterior disco y el azul del tema que lo abre, así que decidí que esas contradicciones de color para un daltónico (como yo) eran un excelente tema para escribir.
Porque las canciones de Esclarecidos, hacen revivir escenas y paisajes, relatan historias y frecuentemente revuelven en algún sentimiento de esos indescriptibles con palabras directas y que sólo resisten a las metáforas, a figuras gramaticales tan eclécticas que exhiben diferentes significados cuando se muestran. Así que hoy hablaremos sobre todo de sus letras (casi todas ellas de Alfonso Pérez), caracterizadas por la madurez y un cierto grado de cripticismo, sujetas a interpretación siempre, en general muy poco directas. Su música no necesita tarjeta, más bien necesita vestido elegante y, según como, etiqueta e incluso invitación para asistir a un cóctel de tanto tronío.
El "Tren azul" a mí me sugiere un viaje sobre raíles imaginarios trazados por el suave saxofón de fondo. Cristina recita más que canta, pero con tanta suavidad, que cuando salta entre pequeñas historias y sugiere un adulterio lo hace casi con tono de broma, de hecho el final onírico de la letra demuestra que fue escrita con imágenes fijas sugerida durante una siesta amenizada por orquesta. A mí a veces me pasa en algunos conciertos (sobre todo de ópera), me relajo tanto que sueño al ritmo de la música. También me pasa con Silvia Pérez Cruz, pero eso es otra historia.
"Noche de hiedra" es una letra de Javier Corcovado que a los "Esclarecidos" les sienta de maravilla. La noche aquí tiene ese tinte verdoso que da la luz de la luna algunas veces al proyectar sombras sobre las paredes, igual de aquí viene la sugerencia de la hiedra. Esas sombras son las que a mí me sugieren labios, heridas, besos y espinas. "Siendo la noche de hiedra, los nervios dorados se doblan y la luna es un susurro de tambor."
"Hay" es una de las mejores del disco. Para mí en ella predomina el color gris de la medianía de la vida de algunas de las personas que se describen en ella. De hecho la canción es un dedo acusador dando golpes en el pecho de alguien. "Hay muertos que nunca mueren y vivos que no conocen la vida. Los hay que prefieren morir que lampar una eternidad."
lampar.
"El dragón negro"... Treinta y cinco segundos de una intensidad brutal con Pablo Guerrero en las voces de fondo. Que cada cual se lo tome como quiera. "No sé de qué raíz nacía aquel instante pero había un incendio de cal en las farolas. Descendía a los ojos el juego de los niños y Dragón Negro tocaba en mi memoria."
"Y subimos" es la gran canción de este disco, la que sobresale por encima de los demás, la más llena de colorido con esos monos con traje a rayas (seguro que negro y amarillo) mientras los protagonistas suben y bajan buscando un lago blanco y los conejos se tatúan un dragón negro. Sorprendente, los animales hacen cosas extrañas e incoherentes mientras que las personas sólo hacen que subir a buscar un eclipse. ¿No será que es al revés?
Tanto dar vueltas que ya no se sabe si están "Arriba o abajo", sólo tienen claro que: "... cuando estuve cerca tu estabas a mi lado".
La "Mala Rosa". No necesita explicación ni color. Clásica que podría haber cantando cualquier folklórica o un cantante masculino de boleros o tangos, dejandonos estupefactos. Me la estoy imaginando con Antonio Machín y ...
Para acabar os dejo con estos "Poemas 19 y 27" mezcla de física aplicada a los acontecimientos personales y de balidos y cacareos burlescos "Entérate imbécil".
Seguro que no os dejan indiferentes.