El invierno no acaba de terminar, sólo empieza a declinar y
yo andaba pensando sobre qué disco escribir cuando se me ha cruzado una canción
de este disco del señor Jesse Marchant cuando utilizaba el nombre de JBM, con
esa portada absolutamente invernal , con esa cabaña parapetada por montañas
nevadas y luciendo una fina capa nívea en su tejado.
Y es que "Stray Ashes" es un disco muy invernal, muy de este invierno a
punto de caducar. El estilo vocal de este cantante es original, muchas veces
recurre al recitado, parece que contenga la voz para no desparramarse en
exceso, para no exhibirse y para que no se le vean los sentimientos bajo el
grueso abrigo de hibernación. La música es digna del escenario propuesto, de tarde fría, mientras va bajando el sol y nos protegemos de la temperatura con un
fuego.
No sé como anduvo de ventas en su momento, yo lo descubrí
casi por casualidad en un cruzamiento de videos en youtube en la tira paralela
de sugerencias que aparecen junto al previamente reproducido. Me quedé anonadado tras escuchar en directo
tres o cuatro. Parecen sencillas, casi acústicas, como de cantautor folk.
Podrían reproducirse perfectamente sólo con una guitarra, e incluso sólo con la
voz y es que están llenas de fuerza. Me
lo compré de inmediato, ese, el anterior y recientemente el nuevo.
El disco lo acabo de escuchar completo, de una sentada y es
la mejor manera de apreciarlo, cada canción parece una escena de un conjunto
argumental muy bueno. Algunos dirán que eso es que todas son lo mismo, pero
para mí constituyen un conjunto armónico excelente, con el potenciómetro de
sentimiento con un giro a derecha pronunciado.
El sonido es impecable, las guitarras suenan cristalinas,
los arreglos son de seda fina y de terciopelo, pero nada exagerados, hay
teclados atmosféricos, los elementos rítmicos son bastante contenidos, pero
suficientemente potentes para latir a compás adecuado. Estoy seguro que en directo esa sensación de
intensidad que se desprende en el disco es mucho mayor.
“Ferry” es una introducción cálida al recibidor de esa
cabaña donde está guarecido nuestro cantante, invita a resguardarse del mal
tiempo cerca de ese fuego.
“Only Know” tiene teclados de inicio en ascenso hacia la
epopeya, la voz aflautada parece que simplemente habla, acelera poco a poco y
la batería marca el ritmo como si de un pelotón de ejecución se tratara hasta llegar
casi a la distorsión y el descenso abrupto con la voz adornada por la música y
el llanto lejano de la guitarra.
“You always keep around” Mi favorita del disco,
sencillamente perfecta. Un poco mascullada y no se acaba de entender las
palabras, probablemente porque duele pronunciarlas. Cuando llega al estribillo
(Pero ¿Es que tiene estribillo?) prácticamente se acaba. De pedestal, para
cenefas y hornacina, para guardarla en el copón dorado a buen recaudo. Los
lamentos finales de la guitarra pueden llegar a doler.
“Christ how you keep me down”
“Winter ghosts” continuación lógica de la anterior, casi
diría que debería iniciarse enlazada. Comienzo con unos arpegios de guitarra y
delicado acompañamiento arropando la voz y unos ululantes coros. Nuevamente una
canción en ascenso en la que se van sumando instrumentos a cada estrofa hasta
un final abrupto.
“Forests” Sin dejar casi respiro se introduce esta canción,
nuevamente una continuación lógica a la anterior. Aquí los instrumentos se
muestran constantes y es la voz la que modula claramente los cambios y cuando
cesa es sustituida por rasgueo de guitarra a veces incluso por una nota
sostenida y nuevamente ese final tajante y sin opción.
“Thames” es preciosa, elegante y evocadoramente repetitiva y
corta.
“Moonwatcher” mantiene el tono intimista de todo el disco,
quizás un poco plana, aunque no desentona en absoluto, es la voz la que
mantiene de forma constante el tempo de la canción, sube y baja cuando
conviene. En la fase final toman el protagonismo los instrumentos.
“Crooked branches” es otra de las mejores del disco, bella
se mire por donde se mire. La introducción con la slide de fondo encamina hacia
la voz que suena más firme, menos aguda, extraordinariamente segura.
“On fire on a tightrope” quizás es algo repetitiva, por
ponerle una pega y porque después de la anterior parece que baja algo el
listón.
“Keeping up” es otro de los puntos más elevados del disco
que finaliza con esta canción que parece un resumen de todo lo vivido en esa
cabaña esta tarde de invierno. Una canción épica, para pioneros, para
escucharla tapado con manta junto a un buen fuego acompañados sólo por las
luces que declinan en esta desapacible y lluviosa tarde.
Un disco excelente de un cantante al que hay que seguirle la pista de cerca porque parece que sigue una trayectoria ascendente muy interesante.
"A calm around me
Stray ashes that fall
In low light through the backwoods
And fatal ideas that gather
In the corners while I wait"
Stray ashes that fall
In low light through the backwoods
And fatal ideas that gather
In the corners while I wait"