lunes, 3 de agosto de 2015

Quique González - Vestido para demolición (Kamikazes enamorados)

Es verano y hay tiempos muertos para hacer y pensar cosas (incluso para viajar). A mí me ha dado por repasar las entradas de este blog y he visto que lo tenemos desatendido... Culpa de mi hermano (como es el pequeño se la carga). A él le tocaba la siguiente entrada pero anda despistado caminando solo hacia la playa cuando el sol apenas está despuntando. No voy a criticar su vestimenta (aunque debiera), pero sí la ausencia de auriculares adornando sus orejas. Porque ese era un buen momento para pasear oyendo música.

Pensaba en ello y en caminar en solitario por las calles de cualquier capital europea (Londres por ejemplo) y en la banda sonora que yo hubiera elegido para ello, y no lo he dudado ni un momento. Uno de mis discos hubiera sido "Kamikazes enamorados" de Quique González. Un disco tan robusto como solitario. De esos que están llenos de canciones que mientras suenan piensas en darle al botón de retroceder en cuanto acaban, pero que, si te despistas, en cuanto oyes los primeros acordes de la siguiente te das cuenta que lo que tienes que repetir es el disco entero. Porque (en mi humilde opinión) estamos ante la obra maestra del Sr. González (D. Enrique). Esa que pasará a la historia al completo y no sólo por canciones sueltas (de esas tiene un montón en el resto de sus trabajos).

Es un disco de baladas, de canciones tocadas a ritmo lento, pero no es un disco de cantautor, es un disco de rock and roll por todos los costados, pero en el que la producción apunta de forma voluntaria a este estilo más minimalista, más de bar y guitarra acústica, sin buscar la grandilocuencia de una banda que, por otro lado, hace crecer mucho a estas canciones, pero (que me perdone el autor) al arropar al cantante, no nos dejaría ver su grandeza en totalidad. Sería como tapar con una gran y lujosa manta el cuerpo de una hermosa mujer desnuda. Y es que Quique se hace gigante cuanto más minimalista es todo lo que le acompaña. Para mí, es un cantante de penumbra, local pequeño, acústica y escasa amplificación y, sobre todo, para escuchar en silencio, o como mucho tararear por lo bajo o lo que es mejor para adentro.

La lista de canciones es sencillamente tremenda: "Kamikazes enamorados"; "Piedras y flores"; "Palomas en la Quinta"; "Calles de Madrid"; "Te lo dije"; "Polvo en el aire"; "Siesta en la frontera"; "Deportado"; "Suave es la noche"; "Dos tickets"; "7-11" y; "Nana". A ver quien es el guapo que se atreve a decirme que alguna no es buena. Es que a mí me cuesta decir cual es mi preferida... Mi favorito es todo el disco que es, sin lugar a dudas, una de las piedras angulares de la música del siglo XXI en nuestro país.

El disco es demoledor. D. Enrique se pone el mono de derribista y sin necesidad de excavadora o de "Wrecking ball" va golpeando con despiadado muros sentimentales y nos deja en "bolas". Le da golpes por todos los lados, sobre todo a los sentimientos y los recuerdos. Por eso se toma una "Siesta en la frontera", para descansar del trabajo y acaba con un instrumental titulado "Nana", para arrullar al escuchante y darle el consuelo necesario al ver como ha quedado el solar al final del trabajo.


Y no digo más porque ya lo he dicho todo y si me queda algo en el tintero, es sólo mio (son mis escombros. Que cada cual tiene los suyos). Porque este disco es para "lonely hearts" y para "enamorados a bocajarro", a tumba abierta, imprudentes que lo dan todo sin razón ni solución.

"No hay via libre, es una trampa genial. 
No hay via libre, si se dividen un par. 
Te obligan a que rime en un verso crucial 
Avidos por descubrir, y nunca tienen límite
Aún quieren más, 
no se permiten ir a medio gas
Crimen racional, 
siempre miden mal, causando desperfectos."

Buen verano.

PD: Un ruego a todos sus fans. Dejad de gritarle "guapo", "grande" y todas esas zarandajas. Eso para las folclóricas, no para los rockeros... Y si hay que corear las canciones aprenderos la letra y hacedlo de forma afinada, no gritando ¡He dicho!