sábado, 17 de septiembre de 2011

Declaración de intenciones

Un rincón nuevo para una vieja idea sugerida por mi hermano: Escribir sobre nuestros viejos discos, aquellos que permanecen como banda sonora de nuestros episodios vitales, comentados con las impresiones que despierta la audición de esas viejas o nuevas canciones, muchas veces escondidas en la profundidad de vinilos que ya ni poseemos o que fueron amputados por amigos, amantes y vecinos. Otros rondan perdidos en nuestro inmenso archivo agrandado de forma gigantesca por el afán estúpido de acumular de forma creciente objetos sonoros que luego somos incapaces de oir con la paciencia necesaria para disfrutarlos.

En realidad lo que escriba solo reflejará la añoranza de unos tiempos en los que comprábamos un disco de mes en mes, lo que obligaba a reflexionar seriamente antes de emplear el dinero. Yo no siempre lo hacía (impulsivo que es uno) y compraba por corazonadas, por la carátula de la portada, por el nombre del grupo o el artista, por unas breves notas apenas percibidas en la radio de madrugada... Muchas veces acertaba... era una lotería extremadamente excitante que solo se revelaba al desenfundar y clavar la aguja en en la piel de esos pretendidos artistas y dejarse llevar. Otras veces seguíamos las recomendaciones de supuestos críticos o de locutores de radio, en realidad unos chavales aficionados que sabían más inglés que nosotros y a los que les pasaban los discos (y otras prebendas a veces no tan inocentes) la industria para que nos convencieran con bellas palabras de lo imprescindible que era para nuestra vida esa nueva obra del artista... ¡Era tan agradable dejarse camelar en nuestra inocencia! ¡No sabíamos nada! La ignorancia, una cualidad imprescindible para ser incapaz de criticar y así poder disfrutar de verdad, de forma pura, con sentidos limpios de maldad.

También es un espacio para homenajear a todos esos poetas muertos trágicamente (como siempre hacen los poetas), o de disparos o de éxito, nunca lo sabremos.  A algunos los matamos nosotros, ninguneándolos cuando nos decepcionaron vendiéndose a las discográficas, dejando de cantar sólo para nosotros en la intimidad, haciéndose famosos. Otros cayeron de verdad buscando el paraíso que no encontraban en el éxito o el fracaso comercial, sin saber siquiera que nosotros éramos seguidores acérrimos de ellos, sin darnos una oportunidad de intentar salvarles. A algunos se los ha llevado simplemente el tiempo y las enfermedades de la madurez y la vejez. Con demasiada frecuencia nos damos de bruces con malas noticias presentes y pasadas que nos comunican que ese músico querido nos ha abandonado por la puerta de atrás, sigilosamente, sin informarnos de su enfermedad... dices su nombre y ya nadie lo conoce. Esas noticias que hoy llegan demasiado rápido, incluso a veces antes de producirse.

Aquí los vamos a recordar. A todos aquellos que nos sugirieron emociones, rimas y poemas inventados a partir de una frase, un título o un acorde de canción.

Por cierto, si alguien espera que esta sea una página de descarga ya puede dar media vuelta.

1 comentario:

  1. Encantador encontrar un sitio donde viejas canciones, siempre recordadas pero casi olvidadas, retornan al oído y a la vista con un buen comentario orientador para los no expertos pero si aficionados y nostálgicos musiqueros, como es mi caso. A seguir en el empeño! ¡Felicidades! y Gracias...por este regalo, para mi, Navideño.

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