sábado, 1 de febrero de 2014

Eyeless in Gaza. Fotografías sin maquillaje de 1981




Hay un tiempo en que surgen movimientos creativos. No creo que haya nadie que viviera el final de los setenta y el principio de los ochenta que no se diera cuenta (supongo que cada edad tiene su mito, pero..., mmm...). El punk dio un espacio de libertad muy importante, en que lo de menos era integrarse en el mercado. Quien diga que los ochenta suenan caducos es porque nunca se ha zambullido en un río. En el terreno de la lírica punk y el tecno había terroristas como Cabaret Voltaire y poetas cabreados como Eyeless in Gaza. Os puedo asegurar que estos dos tipos: Martyn Bates y Pete Becker eran una máquina de crear un clima electrizante. Los vi dos veces en Barcelona, en el Zeleste antiguo, y sobre todo el primer concierto dejó a la gente con la boca abierta (4/11/1984 y 11/4/1985). «Good evening, we are Eyeless in Gaza» y explotó la bomba. El cantante pide ayuda a gritos, los espacios electrónicos varían entre la melodía y el ritmo. Las canciones escupen mensajes desesperados. Y claro, eso a cierta edad y con la frescura impresionante de algo que jamás se había oído, entre Krafwerk y Peter Hammill, me dejó patidifuso. Yo iba con el disco bien aprendido, de un cassette grabado, y me lo pasé en grande. Eran los tiempos en los que comprabas recopilatorios como Pillows ans Prayers o Perspectives in Distortion y te enterabas de que la imaginación campaba con la buena música, y en los que, si Robert Wyatt grababa con Ben Watt y David Sylvian con Robert Fripp, no había razones para sospechar. Eran tiempos en que grupos como Eyeless in Gaza primero sacaban cassettes experimentales, publicaban un single, y entonces les fichaban. El primer disco de Eyeless in Gaza, Photographs as memories (1981), era para gente con ganas de escuchar una vanguardia con cierta vocación romántica. Los sintetizadores y la guitarra rítmica son la base del sonido, junto con la caja de ritmos. Hoy en día, no sé a quién puede estar dirigido (es material que se resiste a ser digerido). En mi caso, la cinta perdió fidelidad a fuerza de escuchas. Pero yo, el disco que siempre tuve de Eyeless in Gaza (en plástico, quiero decir) fue Caught in flux (del mismo 1981).



Es una especie de doble disco: elepé + epé. Portada hermosa, extraña, que se aleja completamente de los sonidos industriales y urbanos que supone su música, y que precisamente hacía que uno se preguntara si no había que ir un poco más allá, hacia el terreno de los sueños. Dentro, las fundas de papel también tienen fotos en blanco y negro: un niño pedaleando metido en medio metro de agua, ballenas en la superficie, un atardecer al borde del mar, más gente pedaleando en las calles inundadas.



Y no hay duda. Cualquiera que escuche «Sixth sense» lo comprende. Había que ir más allá. (¡Y si hubiera entendido la mitad de lo que dicen, no tengo duda de que me habría hecho un creyente absoluto!) Probablemente este segundo disco me gustaba incluso más.


En fin, espero que alguien los descubra. Cuantos más discos y más años, más «pop» se hicieron, más dulces (pero creo que no precisamente peores, con sus altos y sus bajos). A mí me gustó mucho también Rust Red September, de 1983. Luego les perdí la pista. Hoy, sábado lluvioso, melancólico y dulce como aquellos años (sólo falta la mala leche), me ha gustado recuperarlos.

3 comentarios:

  1. Maravilloso el "Photographs And memories", lo recuperé su escucha hará algo más de un mes, una noche que empezé con Waterboys y terminé con Sun Ra, Eyeless in Gaza por medio. Siempre me gustó este Lp, y le tengo un gran aprecio. Desconozco el resto de su obra, y creo recordar no haberla visto expuesta muy a menudo.
    Un grupo singular y un emocionado recuerdo.
    Saludos,
    JdG

    ResponderEliminar
  2. No sé qué pasa con el botón de responder. En fin, Javier de Gregorio, que gracias por el comentario. Estos tíos siguen en activo, por lo que sé.

    ResponderEliminar
  3. Imprescindibles, únicos, sin concesiones. Y una vez has penetrado ese espacio sonoro no hay vuelta atrás. Mi placer secreto. Me han acompañado toda la vida. Yo estuve en uno de esos dos conciertos, no sé precisar cual. Tengo su discografía completa en vinilo, y creo que si disfrutaste Caught in Flux, disfrutarás mucho Drumming the Beating Heart. Siguen activos, Martyn Bates saca un album en breve (abril 2014 creo).

    ResponderEliminar