martes, 20 de noviembre de 2012

Pretenders. De la aspiración a la farsa como una de las bellas artes




Estamos en 1979 (más bien 1980). Sale a la calle un discazo. Un cañón. ¿Cómo llega a nuestros oídos? Por un single: «Brass in pocket» se mete en casa incluso a través de su videoclip. Y si una canción es perfecta..., ¿qué?, ¿le vas a dar la espalda? Luego resultó que la mezcla de pop luminoso y ¡rock-and-roll! en este primer disco hacía palidecer a tres mil grupos punkis. 

¿Qué pensarán hoy los jóvenes de este grupo? ¿Los conocen desde este disco, o solo han escuchado los últimos grandes éxitos? A mí se me agotaron después de «Don't get me wrong». ¡Pero de qué manera! Menudo pedazo de canción. Y si pienso con ánimo crítico en ellos, considero que tienen tres discos (y a veces creo que sólo los dos primeros). ¿Qué pensarán los jóvenes? Quizá que Crissie Hynde sólo canta baladas. Pero, amigos, Pretenders es puro rocanrol. 

Hay que acudir a inernet y contemplar el concierto de 1981 en Alemania. ¡Uf! Cuidado que corta. Los dos primeros y esplendorosos discos de muestra. James Honeyman Scott enseñando cómo se toca la guitarra. Luego el caballo y la farlopa se llevaron al guitarrista, y también al bajista, Pete Farndon. Y el grupo se convirtió en The Pretenders. 

A mí me asombra todavía, cuando recientemente he vuelto sobre ellos a causa de las ediciones remasterizadas, la capacidad de hacer canciones propias, de mezclar géneros, de crear climas. No eran un grupo de éxitos (solamente); no sólo producían trallazos de rock; además, podían dibujar un reggae extraterrestre como «Private Life» (no me canso nunca de oírla). Por mucho que fueran número uno, tenían muchísimo más que ofrecer. Y te lo daban. Vamos si te lo daban. 

Este es uno de esos discos en los que me quedé colgado de la segunda cara. Tremenda. Demoledora. En fin, no voy a comentar las canciones. Que se defiendan por sí solas (por cierto, no creo ni por asomo que "The Pone Call" o "Space Invader" sean temas menores). Os dejo con el disco entero y luego troceado (la mayoría en directo). A disfrutar. Sólo quiero declarar una última cosa: Por mucho que este grupo se llamara Farsantes, y por mucho que Crissie Hynde rozara el horterismo (años más tarde), los Pretenders fueron un grupo auténtico. ¿Os acordáis de lo que eso significaba? Pues los Pretenders lo eran. Auténticos.

 El disco entero:

 

 Precious

 

 The phone call

 

 Up the neck

 

 Tatooed love boys

 

 Space invader

 

 The Wait

 

 Stop your sobbing

 

 Kid

 

Private Life

 

 Brass in pocket

 

 Lovers of today

 

Mistery achievement

 

2 comentarios:

  1. Salvando las distancias estilísticas, creo que la aparición de este disco fue una bomba parecida a la de "Outlandos d'Amour" o "Sultans of swing", aunque éstos llevaron a sus líderes a otras galaxias y los estropearon. Me quedo con Hynde.

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  2. Estoy completamente de acuerdo, Albert (aunque estilísticamente los Dire Straits tuvieran poco que ver, y por cierto, ¡qué fuerte, darse cuenta de que los Police de entonces sí tenían algo que ver!).

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