jueves, 18 de enero de 2018

Dexys Midnight Runners - Searching for the Young Soul Rebels

Poneos en situación: el "punk" revoluciona la escena musical, la industria amenaza con engullirlo en la llamada "new wave", algo más comercial y edulcorado que ya empieza a gustar a los mismos de siempre. Los del "rock sinfónico" a lo suyo, empezando a aburrir a los cosacos, y los "grandes dinosaurios" (como definían en esa época a los grupos de rock de estadios) un poco estancados. Al mismo tiempo resurgen otros estilos, entre ellos el "ska" de la mano de "The Specials", "Madness", "Bad Manners", una música más desenfadada y rítimica, que invita a bailar y tiene un toque clásico que recuerda a melodías escuchadas en la radio durante la infancia. A todo ello, aparece mi hermano en casa con este disco. Tiene mérito porque el rapaz debería tener no más de catorce años, me lo pone y sufro un tremendo sopapo pop-rock-soul con aire canallesco y un toque de protesta.

Debía ser invierno, recuerdo frío por la ventana cuando la abría para fumar un cigarrillo, y recuerdo los gabanes de los músicos en las fotos y unos gorros que les hacían parecer hampones preparando un golpe. De barrio bueno era claro que no eran.

Dentro de la funda un puñado de canciones dispares, alguna instrumental ("The Teams That Meet in Caffs"), sonoridades pop ("Geno" o "Thankfully Not Living in Yorkshire It Doesn't Apply"), y sobre todo soul basado en la voz portentosa de Kevin Rowland y en la abundancia de instrumentos de viento en toda la obra ("I'm Just Looking", "Tell Me When My Light Turns Green"), la profusión es tal que hay momentos que marcan la deriva de la canción, más allá incluso que el estilo de la voz, hacia momentos épicos ("I Couldn't Help If I Tried") que me resonaban a puertas oscilantes de un "saloon" o a los héroes de "El Álamo" esperando el ataque de las tropas del General Santa Anna seguros de la cercana muerte.

El cantante abusa un poquito del falsete a veces ("Keep It") pero los coros y lo bien arropado que está por los músicos hacen que en lugar de parecer un Graham Parker de pacotilla (perdonad por la comparación absurda, pero en esa época andaba yo muy enganchado con la música de ese caballero y el "Up Scalator" era referencia en mi casa. No entiendo porque nunca he hablado aquí de ello) parezca una estrella del "soul".

En el disco incluso hay "samplers" (el inicio de "Burn It Down") y un monólogo ("Love Part One") que nos introduce al final apoteósico anunciándole a Robin en una carta el advenimiento del "soul" ("There, There, My Dear") que marca lo que será la futura línea musical de esta gente que (en mi opinión) se vio un poco desbordada por el éxito desmesurado de su segundo disco que, todo y ser extraordinario y haberlo disfrutado mucho, no alcanzó a golpearme el pecho como lo hizo este primero. ¡Cómo suenan esas trompetas finales mientras se acelera la sección rítmica jaleada por el cantante para luego desvanecerse dejándote con ganas de salir a la calle a protestar! Una propina viene con una frase final robada a Lee Dorsey: "Everything I Do Gonh Be Funky (From Now On)".

"Dont you know the only way to change
things is to shoot men who arrange things"

Igual por escribir esto, hoy en día, iban a la cárcel.

En definitiva, unos listos que aprovechando un momento de despiste se dedican a robarte el corazón, confirmándose lo que anunciaban cazadoras negras de cuero, guardapolvos y pasamontañas: ¡Unos pintas! ¡Si se llega a enterar mi padre, a mi hermano se le cae el pelo por corromperme!

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