Y eso es lo que me pasa con Chris Isaak, no soporto su book de fotos, pero cuando se pone a cantar me olvido de todo. Su voz tiene empaque, convence, suena a verdad que no se come un rosco o si se lo come es con la que se pone a tiro que no siempre es la correcta o la deseada. Que aunque es guapo sufre como el resto de los de a pie. Consuela mucho que también lo pasen mal los más agraciados.
De hecho estoy completamente seguro que estos prejuicios mios son comunes a críticos musicales más expertos y profesionales. Por eso, yo diría que este cantante no tiene el reconocimiento que se merece. ¿Os habéis fijado? Esto sí que es discriminación en razón al sexo. Una cantante guapa triunfa fácil entre los críticos a la que tiene una mínima calidad. Nadie duda de ella en función de su belleza, sólo tiene que demostrar habilidad vocal. Pero si eres hombre lo tienes claro. Los críticos, casi todos del mismo género, te miran de reojo, te lo miden todo, les fastidia enormemente que el público femenino se lance como loco a por los discos, que memorice y tararee las canciones en los conciertos (A mí me toca especialmente las gónadas), se ven henchidos de envidia, miden con pie de rey. En definitiva, tienes que ser muy bueno para ser cantante guapo y tener buenas críticas.
Pero ahí están los hechos y este disco los contiene todos. Confirma lo apuntado en "Silvertone"(su primer disco, que pasó desapercibido en España o que incluso no se editó hasta más tarde), que el Sr. Isaak es un cantante como la copa de un pino, que cuando se pone con ello lo hace con tino, con partitura, letras y solfeo.
Pero una buena canción la hace cualquiera. Hay que confirmarlo y "Heart full of soul" es a la vez comunión y confirmación. Isaak recibe ya mis bendiciones y sacramentos. Se atreve con una versión de nada más y nada menos que los Yardbirds. ¿Cómo se te queda el cuerpo? Un clásico de los 60 actualizado, incluso mejor cantado. ¿Y las guitarras? Sencillamente suenan a adultas frente a las casi infantiles de los "pollos". Suena a película buena del oeste americano.
"Lie to me" es, en mi opinión, una de las cumbres del disco. La voz encuentra su dimensión perfecta en este medio tiempo, la guitarra solista vibra entre los cabellos, los eriza como alambres espinosos, aparece un suave saxo de fondo. Ahora ya ha alcanzado la categoría de clásico, como mínimo, le permito una foto con toga de catedrático.
Y el disco se cierra con otra inolvidable: "Waiting for the rain to fall". No sé porqué pero al oírla pienso siempre en JJ Cale. ¿Será por esa guitarra perezosa?
Un disco notable, sobresaliente en muchos casos, pelín irregular en la segunda cara, pero merecedor de versiones porque está repleto de clásicos. Se editó en 1987 o sea que es un auténtico "Gran Reserva". A disfrutarlo.
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