domingo, 12 de febrero de 2012

Lloyd Cole and the Commotions. Los peligros de encantar serpientes.


Uno de los peligros de las víboras es que el sonido de su sonajero, preparado por la naturaleza para ahuyentar agresores y curiosos, se torne en una melodía de atracción y seducción. Muchas veces las personas nos comportamos así, no hacemos caso de las señales de aviso hacia los peligros y nos metemos de cabeza en ellos.

Lloyd Cole y sus colegas, los Commotions, se meten de lleno a encantar a peligrosos reptiles al introducirse en el mundo de la música con éste su primer disco. En lugar de utilizar flautas usan guitarras, la voz del cantante y unas letras originales y sugestivas con un punto “cultureta”. El resultado es uno de los mejores discos de la segunda mitad de los ochenta. Un disco originado en las islas de la Gran Bretaña que parece americano, ¡Todo un piropo!. Nada que ver con la escena musical inglesa de la época.  Esta grabación evoca coches descapotables, mujeres con melena rubia al viento, y largas rectas por la ruta 66 en busca del verano eterno de California.  Apto para una mañana soleada de invierno como ésta de hoy.

La historia de este grupo es fugaz (como la de todo lo memorable) y no se prolongó más allá de un tercer disco magistral probablemente encantaron a la bestia y sucumbieron víctimas de sus venenos.  Apuntaban al centro de la diana y no fallaban ¿Entonces que pasó? Música comercial, un tipo guapo (diría yo), buena promoción... pero se diluyeron en el tiempo y hoy muy pocos los conocen o los tienen en cuenta.

El disco en vinilo nunca lo tuve. Mientras estaba en la mili mi hermano me lo pasó grabado incompleto en cassette (¡No se lo perdono!) y sonó, sonó y sonó en interminables viajes en coche. Tardé años en comprarlo en CD en una edición en la que viene acompañado por su segundo disco (infravalorado por la crítica pero excelente). Lo disfruto de vez en cuando, siempre mientras luce el sol, para bañarme en su música y que me cambie el color de la piel y me rejuvenezca los poros. Vitaminas y crema para las canas.
Sólo son diez canciones, un poco más de treinta y cinco minutos pero, ¿Quién necesita más?. Ninguna es de relleno, todas están perfectamente colocadas para disfrutar... ¡Vamos a ello!

Las cinco primeras comienzan con una “piel perfecta”, aquella que se te pone cuando pierdes el “oremus” ante una simple sonrisa aunque sepas que ella no te conviene. Sigue en una “lancha rápida” con motor fuera borda, acelerando progresivamente con una tripulación con sus virtudes y defectos. Estribillo demoledor, fresco, no quisieras que acabara “It was never her intention to conclude anything. It wasn't my style to find surf in my eye. It was much more my style to find sand in my eyes”. Luego ya aparecen las “serpientes de cascabel” ¡El perfecto single! Ritmo rápido optimista, historia de una mujer interesante. Título original ¿Se puede pedir más? Sí... ¡Conocerla! “She looks like Eva Marie Saint in On the Waterfront. As she reads Simone de Beauvoir in her American circumstance. Her heart.. her heart is like crazy paving. Upside down and back to front. She says"Ooh it's so hard to love when love was your great disappointment.". Te arrodillas en el reclinatorio en “Mission street” (Todos tenemos nuestros pecados) “God only knows how you can hurt her. When you know that's what you do. How does it feel to be so cruel?”. Finaliza con el “bosque en llamas”, un auténtico climax. El final guitarrero es supremo. Una primera cara perfecta. Ya sabes lo que sucede cada vez que estamos juntos. 



“There's a forest fire every time we get together. Doo doo doo, doo doo doo doo doo doo. Doo doo doo doo doo, doo doo doo doo doo doo.” 


El reverso del disco completa el círculo y no deja ningún hueco, ninguna duda de que es una obra maestra. De entrada nos propina la preciosa “Charlotte Street” , imposible no intentar rasguear en el aire la guitarra o reproducir los redobles de tambor mientras la oyes, voz pura y limpia, casi entiendes el inglés sin saberlo.  “I don't need your sympathy. I won't read your poetry . Oh, bittersweets”. Luego te dejas conducir en un “2CV” por una bella señorita, para a continuación subir “Four flights up” con claros ritmos rancheros, y propinarnos una de mis favoritas “Patience” , coros celestiales de inicio, voz perfectamente equilibrada moviéndose arriba y abajo entre el falsete y orquestación y coros de fondo. “And the pressures of life. Through lack of Patience. I get the pressures of love”. Luego la pregunta final que subyace a todo el contenido del disco “Are you ready to be heartbroken?”. La respuesta todos la sabemos: No, pero con canciones como éstas todo se puede intentar. “What would it take to wipe that smile off of your face?”

1 comentario:

  1. Creo que solo le faltaban 2CV y Charlotte Street. ¡Cuántas tropelías he cometido con los cassettes! Para que cupieran dos en uno, o porque aquella canción no me entraba a la primera. Todo por tacañería. Luego compramos el segundo y el tercer disco. Y eso aplacó la sed del primero.

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