viernes, 5 de abril de 2013

The Jazz Butcher Conspiracy. Nada especial

Llevo días intentando escribir una entrada, buscando las notas a las que asociar unas palabras y no había manera. No notaba "Nada especial".  Un hueco, falta de inspiración. Esa extraña sensación que notas el día que te das cuenta que algo (una afición, una lectura, una canción, una persona) que te emocionaba fuerte, que te daba la vuelta al corazón, ya no significa nada.  Empezaba a estar preocupado.

Tenía un montón de palabras y canciones reunidas en madejas, acumuladas, pero cada vez que tiraba del hilo se me encallaba... "Nada especial". Eso pensaba y sonó en el iPod "Angels" de los "Jazz Butcher" y me dí cuenta que era esa la entrada que me buscaba.

Los Jazz Butcher son un grupo inglés de los ochenta que tuvieron un éxito limitado. Probablemente porque nunca se acabaron de creer su linea argumental musical y esa falta de autoestima les restó posibilidades. Es probable que su estilo hubiera encajado mejor en la música "indie" actual (¡Por cierto! ¿Qué estilo es éste?) que en la época postpunk.

No sé si mi interpretación es cierta pero tengo la sensación que les faltaron apoyos por todos lados: de su público, de las discográficas y por supuesto de ellos mismos. Se nota incluso en el nombre del grupo que ha tenido hasta tres denominaciones: "The Jazz Butcher" a palo seco o añadiéndole "Conspiracy" o "And His Sikkorskis from Hell"(Wikipedia dixit). Su página web carece de florituras, aunque la siguen actualizando y siguen actuando.

"Disstressed gentlefolk" es el primer disco (aunque es el cuarto) que se editó de ellos en España, en 1986, y lo compramos de inmediato. No sé porqué. Estoy seguro que no había oído ni una canción. Cabe en lo posible que esa portada con el dibujo de un hombre bien vestido, atado a una bella mujer en la grupa de un caballo azuzado por algunos malvados, cabalgando en dirección a un abismo, influyera en ello. Esa imagen de cómic me resulta todavía muy atrayente y me gusta mirarla embobado mientras suena en el giradiscos.

Curioso el título del disco que hace referencia a una ONG británica de finales del siglo XIX y que sigue en activo hoy en día. Seguramente es un guiño del líder (Pat Fish, The Butcher) que, visto el tono humorístico de alguna de sus letras, diría que es un cachondo.

La producción es sencilla, sin alharacas, ni excesos. Seguramente por falta de medios, pero suficiente para que se vislumbre a unos jóvenes intentando ordenar sus ideas, dubitativos, buscando su sitio en el mundo, con ganas de divertir y divertirse. Parece ser que lo hicieron demasiado porque se pelearon ("The Zurich Incident") y eso supuso la salida de la banda del guitarrista, vocalista y compositor Max Eider que siguió en solitario con alguna interesante propuesta. Parece que con los años se arreglaron algo y han vuelto a colaborar juntos ocasionalmente.

El grupo continuó con el que, probablemente, es su mejor disco: "Fishcoteque". Un juego de palabras con el apellido del principal componente. Caracterizado ya, por un estilo musical más definido con tendencias claramente pop y probablemente algo más comercial.

"Falling in love" inicia el disco. Una tonada con aires folk. Armonías vocales para corear alegres los amigos, incluso sin música, al salir de marcha. Un inicio de ritmos optimistas aunque "There's a real bad case of too much falling in love".

Le sigue "Big bad thing" que persiste en el buen humor rítmico pese al título, aunque con un estilo claramente diferente a la primera, suenan un poco "punk". Esas cervezas deben estar comenzando a hacer efecto.

En "Still in the kitchen" encuentran su sonido más característico y que luego explotarán en sus otros discos. Comienza lento, igual es una balada, las guitarras suenan un poco siniestras al principio para luego tornarse espinosas con punteos de aguzado cristal. Una canción que encierra referencias a otra canción en su interior ("The ballad of Lucy Jordan").
"Hungarian love song" no es una balada aunque por el título lo parezca, retoma el optimismo del principio muy en la linea del grupo. Acaban de tener clara su identidad y van a explotarla en cuanto se den cuenta.

"The new world" los vuelve intimistas. Las percusiones recuerdan otros estilos musicales, la podría interpretar cualquier cantante más clásico. Aporta variedad al conjunto del disco.

"Who loves you now" ahonda en ese estilo más clásico. No parecen un grupo de los ochenta y mucho menos de pop al uso. Predominan las armonías vocales, el "dudua" que tanto gustaba en décadas anteriores y los teclados. Una de las mejores del disco para abrir una cara "B" monumental.

En "Domestic Animal" ya van lanzados, después de varios titubeos y pruebas de varios tipos han cogido carrerilla. El disco es suyo y lo van a demostrar sobre todo en las guitarras y los coros del final.

"Buffalo Shame" no la encuentro. ¡Mala suerte! Parece que va a ser instrumental por su larga introducción que recuerda a la banda sonora de algún "western". Aparece por primera vez la flauta sustituida al poco por unas guitarras absolutamente sesenteras. Corean más que cantan, la voz es un instrumento más.

El rasgueo inicial de la guitarra anuncia algo excepcional y aunque tiene por título "Nothing Special" es realmente especial. Pop juvenil, facilón, contagioso, irónico, algo presuntuoso y cínico (como corresponde a las edades tempranas). Miradas espías, sentado en un tren, con las que me identifico totalmente, riéndose interiormente de todo y todos. Ahora que somos más mayores ya sabemos que nos limitaremos a repetir, sino los mismos, parecidos errores.

"The name of this train is the Nothing Special
It's just an ordinary train
A very ordinary train
Just like all the others; just a very ordinary train"

Sin pausa respecto a la anterior. La han dejado para el final porque saben que es la mejor, es la canción que les hará perdurar por siempre. Una melodía claramente nocturna en contraste con la luz diurna que claramente desprende la previa. El tema crece progresivamente con esos ángeles vestidos de negro que siempre están en el interior y a los que quisieras abrazar. Aumenta el número de instrumentos, aparece el saxofón para diferenciarla, para hacerla siempre mía, siempre tuya (si quieres). Una canción que a mí me ha dado muchas vueltas desde el primer día y que no me va a soltar. Uno de esos pequeños trozos de alma alojados anónimamente en la red para cualquiera que la quiera encontrar. Según Fish: "Written on the morning that news broke about Reagan's bombing of Tripoli."

"I can see them.
Here they come now.
There's thousands of them.
They're bearing you up.
They're holding you up.
I want to hold you in my arms." 


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