martes, 27 de septiembre de 2011

La segunda cara

Puede existir un problema: que no se llegue incólume a la segunda cara. A veces, es tan buena la primera, te da tantas ganas de volver a disfrutarla, que te quedas colgado de ella. Es lo que tiene el amor. Recuerdo el caso de un disco doble (es decir, de cuatro caras) en que tardamos meses en pasar a las demás, y en el ínterin, nos quedamos prendados de la cuarta. Pero el disco entero es una obra maestra (Something/Anything?, de Todd Rundgren).

Es el caso del Steve McQueen, de Prefab Sprout. Sin embargo, yo pude recobrarme un día de la primera cara, después de comprender que, además de canciones perfectas, puede haber... más canciones perfectas. Me hice cargo del deber de darle más oportunidades a la segunda cara. «Moving the river» tardaba en meterse en mis venas. «Horsin' Around», para mi mentalidad de entonces, era rara. «Desire as»..., sí parece que... Y «Blueberry pies» era tan corta (y tan deliciosa). ¡Por dios! ¿Pero cómo podría acabar una segunda cara con una obra maestra como «When the angels» sin que las otras se le acerquen? No puede ser. Sí, sí, lo noto, me entra, me invade. Hay que escucharlas de nuevo.

La primera canción.

Buen recitado, tiene nervio. Los toquecitos de guitarra de elegancia supina. Se acelera imperceptiblemente. La batería suena completamente firme. Me está poniendo cachondo.

Hello mother, it's your son, and aren't you proud of all I've done. But I'm turkey hungry, I'm chicken free, and I can't breakdance on your knee.

Y crece y crece, hasta que llega el estribillo. Muuvin de riiiiiiiiiiivaar.

La segunda (de la segunda. Me alucina cuando hablábamos de música diciendo: Tío, qué buena la cuarta de la primera).

La segunda parece que juega al despiste. Pero no. ¿Bossa nova? Casi. Pero va hacia algún lado. Por un momento parece que se detiene. Sí, podría cantarla cualquier brasileño. Hacia la mitad de la canción cambia completamente el groove y se va poniendo más caliente. Guau, me gustan esos metales-teclados. Y esa acústica. Y me gusta lo raro que es que, paladeando las sílabas de las palabras, se vayan completando muy poco a poco. Ummm. Gustoso. Volvemos a la parte de bossa. Crescendo. Grand Final. Sí, tío. Es muy buena.

La tercera.

Obra maestra de la dinámica. Yo también «tengo seis cosas en la cabeza, y tú ya no eres una de ellas». Qué coros más guays. Se entrelazan las palabras. Poco a poco se construye la estrofa... Umm, un saxo bien metido. Definitivamente, va tomando un camino muy atractivo. Pero es como las otras, te pide atención, te pide entrega. No es una chica fácil. It's perfect as it stands so why then crush it in your perfect hands? Tengo seis cosas en la cabeza, y tú ya no eres una de ellas.

Bluebery pies es deliciosa. Un pastelito.

"When the angels". Ah, esta es buenísima, o sea, ¡la segunda cara es igual de buena que la primera! ¡Qué discazo!


2 comentarios:

  1. Prefab Sprout, q buenos recuerdos me trae, noches de verano al borde del mar, melancolia y sal a partes iguales. Gracias por compartir.

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  2. ¡Vaya, si hubiera sabido que al fín se decidió a escuchar la segunda cara del disco, me hubiera ahorrado el esfuerzo desplegado anteriormente! De todos modos, lo dicho sigue siendo válido en parte, y me alegra comprobar que CASI llega usted a captar la grandeza de este trabajo. ¡Saludos!

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