domingo, 20 de julio de 2014

The Silencers - Devotos de Buda desde Escocia


Lo que son los aniversarios. Este mes hace 25 años de un par de conciertos memorables en el Velódromo del Valle Hebrón de Barcelona: Lou Reed dentro de la programación del "Grec" y presentando el álbum de su resurrección musical: "New York" (que bien merece una entrada en nuestro blog) y  los Simple Minds en su momento más álgido girando para presentar un doble en directo antológico, precioso de portada, presentación y título ("In the city of lights"). Traían unos teloneros de lujo. Unos escoceses con ganas de fiesta, con tejanos en lugar de "kilts" y un disco con referencias orientales bajo el brazo ("A blues for Buddha).

Es interesante como se deforman los hechos con el paso del tiempo. Buscando el "setlist" de esa noche he encontrado que el concierto fue en el Pabellón del Valle Hebrón. Por un momento he dudado de mi capacidad de memoria, porque parece que cualquier cosa que salga en internet o impresa tiene que ser por fuerza cierta. Y es que para escribir hay que documentarse y tener buena memoria. Por suerte, esta vez yo no estaba equivocado.

Así, documentándome, he descubierto que "The silencers" es el título de una novela en la que se basó la primera película del agente secreto Matt Helm protagonizada por Dean Martin. Este comentario no quiere decir que el nombre del grupo se deba a esa película, habría que preguntárselo a ellos, pero me gustan las coincidencias.

Este es su tercer disco y es el que les comenzó a aproximar a la fama, ésto y el haber teloneado por media Europa a los "Mentes simples", labor desempeñada con eficacia, maestría y haciendo olvidar de entrada que uno ha ido a ver a otro artista... hasta que salen al escenario ¡Claro! Pero es que de este concierto paradójicamente sólo recuerdo a los teloneros, un encuentro casual, dos "cubatas" demasiado cargados que impidieron acudir a una cita frenta a un edificio emblemático y un viaje en moto hasta mi casa.

Igual nada es cierto, igual todo lo he soñado o me he equivocado de local, de concierto y de grupos.

"Answer me" da inicio al repertorio del disco, una curiosa mezcla de folk escocés y pop con tendencia a la épica. La voz tiene una gran presencia, entonada y con personalidad.


"Scottish rain" es un himno ecologista, esa lluvia escocesa que no siempre procede sólo de la naturaleza y de eso se quejan. La larga introducción instrumental produce la sensación de que hayamos cambiado de grupo y de disco hasta que reconocemos la voz y llega el estribillo. Excelente el solo de guitarra y los coros. Se empieza a notar la buena calidad de la producción y la grabación.


"The Real Mc Coy" es una de esas canciones que parece que hagan salir el sol, tiene unos coros contagiosos que dan ganas de salir a gritar al balcón. "Be Do Do, Be Do Do, Be Do Do." Para bailar cogidos por los codos todos los amigos.

"A blues for Buddha" es acústica y dominada por las voces. Bonita y crítica. "The dollar is our king"


"Walk with the night" cierra suavemente la cara A. Una de las mejores del disco. Con cierta tendencia a empinarse como una epopeya en el final para luego bajar lentamente hasta diluirse a lo lejos. Si no te dicen quienes son podrían pasar perfectamente por unos Simple Minds con nuevo cantante.


La cara B da comienzo con "Razor blades of love". En mi opinión la mejor del disco. Resume todas las cualidades de este grupo. Tiene todo: estribillo, ritmo y guitarras. ¿Necesitamos algo más? Si parecía que iban a descafeinarse o dirigirse a territorios plenos de suavidad y terciopelo, demuestran lo contrario.

"Skin game" mantiene la línea de calidad de la anterior. Intentan demostrar que tocan otros terrenos musicales, que no les basta con la periferia y son capaces de acercarse a los medios y nos propinan este "blues" blanco y lleno de sentimiento. "Don't let your deal go down".

"Wayfaring stranger" se mete en la música americana de raíces. Una corta oración en lo más hondo de la ceremonia de los domingos en la iglesia de un pequeño pueblo.

En "Sacred child" vuelven a acelerarse, ahora es ritmo de fiesta, se mantienen en las tierras más allá del charco. Aparece la armónica para demostrar que siguen en la vertiente rural del disco. Se atreven con el castellano y gritan por todo lo alto que "La tierra es nuestra".


"Sand and stars" Es el corto epílogo del vinilo. No hay como tenerlo, porque según el listado de la "red" hay una canción más.

2 comentarios:

  1. Curiosamente ayer estuve con el greatest hits en el coche de este grupo tan ignorado. La verdad es que tenían unos discos preciosos

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  2. Tienes toda la razón Bernardo, tienen unos cuantos discos preciosos, de vez en cuando vale la pena recuperarlos. Gracias por la visita y por el comentario.

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