domingo, 19 de octubre de 2014

David Sylvian. Jamás una nostalgia fue tan bella






1981-1982. Japan se habían sofisticado de una forma original hasta superar a sus referentes: The New York Dolls, Roxy Music... Tin Drum era al tecno, lo que los primeros Roxy eran a la Velvet. Y entonces, cuando parecía que podían llegar a algo, David Sylvian rompió el grupo y se puso a buscar un camino aún más oscuro, mitad pop y mitad ambiental. Brilliant Trees (1984) es su primer y maravilloso disco en solitario (con su hermano Steve Jansen y con Richard Barbieri, de todos modos). 

Digamos la obviedad más vulgar: Es una auténtica obra maestra. (Lo peor de todo es asistir a la posterior publicación de sus siguientes discos y tener que abundar en el mismo tópico. Estamos ante un artista mayor, de una juventud insultante entonces, creo que 26 años.) 

No me importa confesar que la paulatina elegancia de Sylvian conseguía mi admiración. Estéticamente, nunca he sido partidario del glam, pero el dandismo al que definitivamente se entregaba el hombre de la voz profunda me parecía un fiel reflejo de ciertas ambiciones de un arte elegante e intelectual. Admirable. 

Cualquiera que contemple la portada de Yuka Fujii para Brilliant Trees puede ver la belleza de la naturaleza unida a la sofisticación de un elegante dandi urbano. Esa paradoja se da igualmente en la música. Extremadamente delicada y bella; extremadamente exigente con el público (sobre todo la segunda cara). 

«The ink in the well.» ¿Quién no vibra con el contrabajo de Danny Thompson, en una onda gemela de la hermosura de «Shipbuilding», de Costello-Wyatt? 

«Nostalgia.» Fantasmas marcados por guitarras eléctricas de arpegios soñadores. 

«Brilliant trees.» Steve Jansen, Riuchi Sakamoto, Holger Czukay y la trompeta de Jon Hassell crean una selva electrizante que emociona. Me la ponía en la cama, con auriculares, a todo volumen, para escuchar cada matiz. Hay dos resoluciones melódicas que me ponen los pelos de punta, como si pudiera sentir lo que es el alivio de la expiración.









Es un disco para escuchar. Por eso ahí van un par de listas de reproducción con el disco entero y algunos extras.




 


5 comentarios:

  1. Un disco que he estado escuchando estos dias por el motivo de emparentarlo con Kate Bush ( ahora que vuelve a la actualidad) Preciosista y complejo. solo apto para determinados momentosa pero espectacular

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  2. Pero, Bernardo... Bueno..., ¡pero espectacular!

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  3. Acabo de oir el disco entero y para mí ha sido un nuevo descubrimiento. Con Japan ya le perdí la pista a este tipo. Bueno, parece que me perdí algo realmente bueno (por aquel entonces debía estar escuchando otras cosas). Aunque, ya se sabe, nunca es tarde... Gracias, maestro.

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  4. ¡Pero Albert, si fuiste tú quien me regaló la segunda copia que tengo en vinilo de este disco! ¡Arrepiénte. Haz un acto de contricción y penitencia!

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  5. ¡Vaya! ¿De verdad? Definitivamente debía estar por otros menesteres. Pues nada, celebro que te aprovechara.

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