Parte de la culpa la tiene este video con esos perros melancólicos, amigos sinceros o quizás enamorados que al final se encuentran. Uno de ellos tan blanco y lanudo como ese que, en la foto, se esconde tras el cajón flamenco de mi casa, igual tras haber hecho una travesura, pero siempre mirando con cariño, siempre preocupado por si estás bien, avisándote para ir a la cama, esperando pacientemente a salir a la calle, siempre contento con cualquier detalle y siempre regalando aprecio de forma sincera.
Difícil encontrarle mejor homenaje.
Posiblemente también la mía, una canción que vale un disco entero.
ResponderEliminar