domingo, 16 de marzo de 2014

Gotic - Escenas irrepetibles de la vida

Este vinilo lo he tenido en cartera desde que iniciamos el "blog". Cayó en mis manos en una tienda de esas de segunda mano. Alguien lo desechó tras escucharlo, quizás le disgustó que sólo fuera instrumental, igual confundió la portada con un disco de "Yes" y se mosqueó al comprobar que no cantaba Jon Anderson. Es muy probable que no fuera un lince al analizarlo. Me hice con él bien barato, tenía muy buenas críticas. Al parecer hoy en día es pieza de coleccionista y vale una pasta. Yo lo tengo, pero no lo vendo.

Este grupo catalán sólo grabó y publicó un único disco pero, después de escucharlo, me parece que no necesitaban más. Cuando a alguien le sale de inicio algo tan bello ¿Para qué intentar volverse a imitar? Luego sus integrantes siguieron por separado Jordi Vilaprinyó como compositor y pianista y Rafael Escoté como miembro de Pegasus, del resto no tengo noticias.

Para la grabación utilizaron algunos instrumentos prestados (Joan Albert Amargós el piano, Ángel Pereira la batería) y utilizaron formas nada rockeras, de músicos de cámara, bien formados y educados, con influencias sinfónicas y del jazz, con ganas de hacer algo nuevo y bello. Lo consiguieron de forma impecable.

El disco si se me permite la analogía muestra todos los momentos de la vida, es comparable con las estaciones del año, con las fases de la luna, con todos los instantes de un día, pero siempre con una perspectiva y un atrevimiento juvenil. Sin dudas, sin los miedos que surgen con las oscuridades y las dificultades. No hay ni asomo de pesimismo.

El disco se inicia francamente optimista, como esta mañana soleada. La primera composición ("Escenes de la terra en festa i de la mar en calma") refleja un amanecer en el campo cercano a la costa, la conjunción casi perfecta de la naturaleza y sus habitantes. Son cantos de pájaros, arrullos de luz y vientos de primavera, es despertar perezoso y a la vez esperanzado, una mirada a reflejos de sol filtrados por los espacios entre las maderas de las persianas.

"Imprompt" Es algo más de jazz, un poco más caótica. Es travesura infantil a la luz del día,  jolgorio, risas y alegría inocente, son carreras entre cunas y camas. Una persecución alegre al romper la mañana. Una taza de chocolate caliente y tostadas.

"Jocs d'ocells" Es una fanfarria. Juventud, alegría, gozo y ansias de libertad. Se inicia apacible, poco a poco se va elevando, los trinos de las flautas se desbordan con el piano de fondo que se rompe en un estribillo musical hermoso y solar.

"La revolució" Son manos haciendo ondas en el agua, es romanticismo, razonamiento, ganas de cambio y esperanza. Primavera apuntando al verano, algunos chubascos. Alegría preparatoria de verbenas y solsticio estival.

"Dança d'estiu" es una sinfonía cerca de la playa. Es noche de verano.  Firmeza de la madurez primaria, todo parece claro, todo está al alcance de la mano, nada amenaza el futuro que se muestra limpio como un horizonte sin nubes. Es una fiesta de bodas esperanzada. La guitarra (que se emplea muy poco en todo el disco) suena aflamencada.

"I tu que hoi veies tot tan facil". Pese al título no muestra en absoluto dificultad alguna, no hay nubarrones en el horizonte aunque se barruntan las primeras canas, pero se afrontan con seguridad. Está escrita con el ánimo del joven que visualiza el paso de los años desde una perspectiva tranquila y pausada.

"Història d'una gota d'aigua" Es la composición más madura, es el resumen de todo lo relatado. La flauta marca los tempos, te va transportando lentamente en el aire como una pluma o como esa gota de agua a punto de ser absorbida, de elevarse a nube con la guitarra eléctrica, para volver a caer lentamente al mar con las notas del piano. Es extraordinariamente plácida, conforma un bellísimo final para el disco. Es la muerte anunciada desde el principio, es la circularidad de la vida. No muestra nada de miedo ante la incerteza. Sigue siendo claridad, nunca penumbra. La mejor del disco sin duda.

Una obra maestra sin suficiente reconocimiento, publicada en 1978, perfecta para este final del invierno con perspectivas de cambio y que hoy me ha dado por recordar sin gota alguna de nostalgia. Espero que lo disfutéis.

2 comentarios:

  1. me ha sorprendido el disco. Ni idea de disco y grupo imagino que sera dificil de encontrar

    ResponderEliminar
  2. Este disco me hace pensar en los de Secta Sònica, Barcelona Traction, Tapimán, Om, Música Urbana, Máquina y algún otro grupo de finales de los setenta que es bueno oír de vez en cuando para darse cuenta de que aquí un día se hicieron buenos discos de rock progresivo. Llegué a ver a Gótic en directo hace unos cuantos años. Música de la buena.

    ResponderEliminar