sábado, 26 de octubre de 2013

The cars - Tipos peligrosos conduciendo sin carnet

Conducir nunca ha sido lo mío. Tardé algo más que el resto de mis amigos en sacarme el carnet. No me gustaba conducir y menos sin música. La cosa mejoró con los años, con el radio cassette extraíble que todos escondíamos bajo el asiento del copiloto empecé a encontrar mi sitio. Disfruté de varios modelos, alguno de dudosa procedencia, un Pioneer obtenido en un bar por el hermano de un amigo. El mejor de todos un Phillips con ecualizador que sonaba a todo meter en un Ford Fiesta.

Un grupo que ha sonado mucho mientras conducía son "The Cars". Un grupo americano que en sus inicios competía por ser innovadores y diferentes con gente como "Devo" y que a la vista de su tarjeta de presentación periodística y de la interesante y sugerente portada de su disco "Candy-O" rápidamente le dimos cancha en casa.

Ese disco, sólo lo tuvimos en vinilo por una temporada, nos lo prestaron, y sin ser una obra perfecta, contenía destellos de genialidad tanto en la composición como en la interpretación. El líder del grupo (Rick Ocasek) no acaba de encontrar cual era su sitio en ese mundo musical y el conjunto resulta un tanto irregular aunque "in crescendo". La canción que cierra el disco dejaba claro por donde iban a ir los tiros en el futuro.

Después de dar un par de vueltas discográficas no muy exitosas, en 1984 dan la campanada comercial definitiva con el disco "Heartbeat City". Una obra que descubrí progresivamente en la radio durante la mili y que me compré de inmediato en cuanto pude encontrarlo.

Aunque algunos podrían calificar este disco como "comercial", a mí me dio siempre la sensación de ser la obra cumbre de estos amantes de los coches (y de las chicas tumbadas de forma sugerente sobre ellos). Ni un altibajo desde la portada al último surco. Ni una concesión a la debilidad. Un sonido impecable, el tratamiento de los instrumentos, de las voces y los arreglos son sobresalientes. Por eso triunfa desde la primera escucha. Los diez temas tienen algo memorable. Todos son diferentes y se salen de lo común en esa época.

El disco comienza con "Hello Again". Llevaban tres años en la "nevera" y por eso se nos presentan, de nuevo, con las voces oscilando desde el altavoz derecho al izquierdo construyendo sobre los teclados y los efectos de sonido una canción que merece auriculares (como todo el disco). Una pequeña sinfonía inicial que ya engancha.
La siguiente canción comienza sin pausa (como en todo el disco). "Looking for love" me recuerda mucho a Todd Rundgren (quizás por eso me gusta tanto). De hecho siempre que vuelvo a este disco rebusco en la contraportada por si apareciera su "mano mágica" en los créditos.
"Magic" es de las más conocidas del disco, salió como single y subió rápido en los "charts". Muchos éxitos posteriores se basan en su proposición rítmica y vocal. Ya entrenaron para hacer esta canción con la excelente "Since I held you" de "Candy-O".

"Drive" es probablemente la canción más conocida de este grupo. La interpretación vocal de Benjamin Orr es sencillamente sensacional. Le quita el sitio momentáneamente a Ocasek que en este disco se hace con la posición pre-eminente en ese puesto, mientras que en los anteriores se repartían como buenos hermanos la parte solista. De hecho (en mi opinión) éste es el primer disco en el que parece que Rick Ocasek ha aprendido a cantar (su punto más débil anteriormente). Una canción histórica.
La cara A se cierra (nuevamente sin interrupción entre canciones) con un tema clásico de "The cars": "Stranger eyes". Las guitarras trepidan manteniendo el ritmo y Benjamin Orr mantiene la posición solista ganando por la mano de nuevo a Ocasek. Por momentos los teclados apartan de su posición inicial a las guitarras que no consiguen en ningún momento del tema adquirir posición solista. Este tema apareció en la banda sonora de "Top gun".
Al darle la vuelta al disco, en "You might think", Rick Ocasek aprovecha un despiste del bajista y vuelve al micrófono y con él las guitarras se enseñorean, pero no nos damos ni cuenta del cambio mientras Benjamin Orr se luce en los coros. "Canela en rama" ¡Oiga!

La transición hacia "It's not the night" la marcan unos teclados que recuerdan a los de Peter Bardens oscilando de un lado a otro de los auriculares como si fueran olas de agua en lugar de ondas de sonido. Un riff de guitarra le da un giro definitivamente rockero y nuevamente Benjamin Orr se hace con el micrófono principal. Aquí sí que la guitarra alcanza el clímax en el solo para dejar paso luego a los teclados y efectos que se van diluyendo hasta el final.

¡Hola! ¡Hola! De nuevo Ocasek en los mandos con unos teclados que parecen coros rodeándole en el inicio hasta que los compañeros se deciden a acompañarlo coreando el recitado. Porque esta canción es más una lectura que un canto... Es lo que tienen los lamentos, por eso se titula "Why Can't I Have You?". Este fue su último single y aunque no alcanzó las primeras posiciones, para mí, lo hubiera merecido.

"I Refuse" es otra canción inconfundible de estos "conductores". Lleva todos los marchamos de calidad y las etiquetas de identificación bien visibles.
Y llega el final del disco que concluye por todo lo alto con la canción más extensa del álbum y que precisamente le da título. Se inicia con un toque futurista (No sé porqué siempre me recuerda a "Blade runner"). Los teclados son realmente hipnóticos y las guitarras pichan como dardos. Para postre Ocasek lo borda. Todas las frases aparecen perfectamente punteadas o coreadas. Un extraordinario final para un gran disco.


1 comentario:

  1. Uno de mis grupos favoritos y este es junto con el primero el más redondo de todos ellos. Luego sus carreras en soloitario Ocasek propiamente es igual de buena Troublizing , Quick Change World son igualmente buenos. Buen post

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