martes, 16 de septiembre de 2014

Robyn Hitchcock and The Egyptians. A la luz del jeroglífico.






Me pregunto si esta portada es la original. En todo caso es mi portada, la de mi disco, la que mantienes en las manos durante mucho tiempo, le das la vuelta, lees los créditos, admiras los logos y anagramas, te aseguras de que entiendes el título de la canción e imaginas lo que convenga... En general, no me gusta que los discos cambien de portada cuando han pasado los años..., ah, no, que esta era la portada en tal país, censurada, alternativa, edición especial... ¡Que no, que esta es MI portada! Hombre, que cuando te encuentras a aquella novia de entonces no quieres que haya cambiado tanto. ¿Verdad que no?

Fue en los viejos tiempos, cuando los discos aparecían de sopetón para robar corazones, cuando esos amores se compartían con muy pocos amigos. Fue en un tiempo del que quedan pocas trazas en el recuerdo. Y sin embargo, entonces ocurrían cosas que habría que fijar en la memoria como los chicles debajo de la mesa. 

En casa acabamos con varios de Robyn Hitchcock, pero creo que todo empezó con Element of light y, poco después, con I often dream of trains

No conocía a los Soft Boys. No sabía nada de él. La primera impresión fue, sin prejuicios, que era un adorador de Syd Barret (lo cual me pareció de lo más respetable). La segunda impresión fue que no hacía canciones que entraran a la primera (lo cual me obligó a tenerle fe y poner el disco más veces). 

Es un artista absolutamente británico (aunque luego se haya mimetizado perfectamente entre las huestes del Paisley Park: The Venus 3. Mmm, no están nada mal, viejo). Me encantan sus versiones en directo de discos enteros de los Beatles y de Pink Floyd (Sgt. Peppers... y The piper at... estaban en descarga legal, gratuita, por internet).

Desde el principio, me sentí transportado por «Airscape» y por el uso del «órgano de cristal». Ese fue mi banderín de enganche, porque al principio siempre soy reacio a los músicos que son maestros en el humorismo (llamadme soso), cosa que no me sucede jamás con los escritores, qué curioso. Bueno, al final, los buenos siempre ganan: Todd Rundgren, Frank Zappa, The Kinks... Y Robyn Hitchcock está en esa liga de los maestros del sarcasmo. Pero, ojo, también en la liga de Edgar Allan Poe, de la ciencia-ficción, del metaforismo poético, de la psicodelia darko-luminosa. 

«Winchester», «Raymond Chandler evening», «Airscape»..., melancolías hermosas que llevan luego a terrenos más rockeros y a mantras hipnóticos. 

Altamente recomendable. Creador de obras maestras pop que hacen enrojecer a muchas pseudoestrellas del panorama. 

Para muestra, un botón. No están en el disco, pero qué más da.


 



Y ahora, Element of light. If you were a priest. Potente.






Winchester (y siguientes. Podéis escuchar la lista de reproducción hasta Bass, que no hace falta que oigáis en esta versión demasiado amateur).




Bass



Airscape

 

 Never stop bleeding

 

 Lady Waters and the Hooded One

 

2 comentarios:

  1. Recuerdo la de Airscape este disco vagamente, lo tenía un amiguete. El que me gustaba era el Fegmania. Voy a solucionarlo, le voy a dar caña que estoy últimamente muy Hitchcock.

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