viernes, 11 de abril de 2014

Walkabouts. Un viaje espiritual por caminos ancestrales


¿Quién son los "walkabouts"? Yo diría que son unos merodeadores. Unos caminantes con rumbo circular, vienen y van y, mientras se dirigen a su destino, se permiten el lujo de admirar el paisaje desde los altozanos, de conversar con los ancianos, se sientan en los porches de sus casas a escuchar sus ancestrales leyendas y luego van de pueblo en pueblo interpretando romanzas y cantinelas, transmiten noticias y hacen soñar y volar a los que están detenidos. ¡Como no! Despiertan envidias y ganas de seguirlos, se crean acólitos y enemigos sin haberlo pretendido. Las autoridades los podrían acusar o perseguir por brujos.

Parecen europeos (yo siempre lo he pensado por sus apellidos hasta que leí su biografía) pero son americanos. Podrían ser australianos por su nombre que recuerda ese tránsito deambulante de los aborígenes de las antípodas, en el que buscan la comunión con el tiempo, con la tierra y los elementos. También por su música que me recuerda a la de los Triffids. Sus títulos y las portadas de sus discos siempre evocan viajes, tránsitos con frecuencia nocturnos como los de este disco.

Su estilo es sencillamente inclasificable, y si alguien les encuentra escudo y colores a mí no me importa. No entran a la primera (salvo excepciones), hay que escucharlos, hay que insistir, pero cuando llegan se quedan de forma permanente.

Ni idea de como los descubrí. Diría que este es el primer disco que compré, probablemente los escuché en alguna radio una noche de insomnio, mientras velaba a algún enfermo, de esas que luego cuando coges el sueño parece que lo que oíste o pensaste queda envuelto en la misma nube onírica. Nunca sabes distinguir lo real de lo presentido. Casi siempre esas horas luego parecen minutos. Eso pasa con sus canciones, surgen de una neblina oscura, que poco a poco se va aclarando pero nunca es nítida del todo.

Los temas son interpretados por voz femenina o masculina o por ambas. Las dos de fuerte personalidad. La de él con un toque claramente de barítono, francamente inquietante, suena a admonición, a severa advertencia. Esto no es un juego. Ella me recuerda a una Stevie Nicks más misteriosa, como si cantara tras un velo o una tela de araña, igual de compleja que la tejida por sus melodías. Las guitarras suelen sonar lejanas, en segundo plano, detrás de los teclados, las cuerdas e incluso los instrumentos rítmicos.

Podría decir que el disco va a más. Es mentira, siempre tiene el mismo nivel de calidad, pero produce cierto desasosiego inicial y hasta que no te acostumbras a tener todo el rato la piel de gallina no notas el placer que produce tal nivel de seriedad. De hecho ellos son conscientes de despertar esas reacciones y alternan esos momentos de seriedad extrema con algún momento de lirismo incluso dentro de la misma canción.
Incluso alguno de los temas tiene alguna pincelada "comercial", asequible a cualquiera, como si quisieran ser más pop, algo menos sofisticados. Simples fuegos de artificio para acercarse algo a las masas, pero rápidamente vuelven a juguetear con las arritmias, a elevar el potenciómetro de excitación cardíaca. A revolotear en ese sueño superficial de la madrugada en el que te despiertan los pensamientos de otros, esas fuertes premoniciones de encuentros, ese preciso momento en que las madres abren los ojos antes de que llore o se queje un hijo, o se evocan los amantes imposibles separados por miles de kilómetros cuando les crujen los pensamientos como si fueran rayos.

En definitiva, un disco claramente nocturno, para escuchar con las luces apagadas o como mínimo con los ojos cerrados. Son claramente "pájaros nocturnos", merodeadores, aves rapaces, de poco trino y mucho tino. Ustedes los disfruten y... no se corten, comenten que nos gusta, que nos apetece... Si es que hay alguien que nos lee. Saludos



4 comentarios:

  1. Dejé de seguirles la pista con el anterior "Devil's road" y me parece que me he perdido algo que voy a subsanar. Yo sí recuerdo cómo los descubrí, un amiguete me puso al poco de publicarse una versión del "Like a hurricane" de Neil Young que aparecía en el vinilo del New West Motel como bonus track y tiré de la cuerda. Me ha gustado mucho el tratamiento de tu post. Y sí, un poco inclasificables. Salud.

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    1. Un muy buen disco también ese "Devil's road". Vale la pena seguirlos. Gracias por la visita. Un abrazo.

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  2. Impresionante post. de una banda que me encanta. Folk, indie, trandición, rock, instrumentación, voces, melodias...y además tienes un blog cojonudo.

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    1. Muchísimas gracias por pasarte por aquí y por tu comentario. Nosotros también seguimos tu "Redondo y con agujero"

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