martes, 26 de junio de 2012

Dire Straits. Communiqué. Más allá del sultanato del swing.


Para escribir sobre  los Dire Straits lo obvio hubiera sido escoger su LP de debut, pero me gusta lo difícil y hace mucho tiempo decidí que si escribía sobre este grupo lo haría sobre este disco. ¿Por qué? Muy fácil porque es muy bueno y ha sido siempre infravalorado en comparación al éxito del single de su primer disco.

La realidad es que los de Mark Knopfler no debutaron con el laurel arrollador que haría suponer lo conocida que es la canción “Sultans of Swing”. De hecho ¿Alguien se acuerda de alguna canción más de ese primer disco? Me gustaría hacer una encuesta y estoy seguro de la contestación... Casi nadie salvo sus fans más adictos. Les costó unos meses romper hacia lo alto y el gran éxito mundial no les llegó hasta “Brothers in arms”.
 El disco que nos ocupa es el segundo de su escasa discografía y quizás vio la luz de forma algo apresurada para aprovechar el tirón en los USA tras la edición de la canción de los sultanes y como era más de lo mismo, aunque vendió mucho, supuso un aparente bajón musical (para la crítica) en una carrera que apuntaba meteórica. 

El disco abunda en los mismos argumentos que el primero pero sin una canción con la popularidad que tuvo su primer sencillo. De hecho podríamos hacer una comparación entre todas y cada una de las canciones del primer larga duración y el segundo y podríamos emparejar unas cuantas con gran facilidad. “Sultans of swing” con “Lady writer”; “Once upon a time in the west” con “Down to the waterline”; “Follow me home” con “Six blade Knife”. La diferencia fundamental, para mí, es que salvo en el caso de la primera, el resto son mucho mejores, en composición, arreglos y madurez, en el segundo disco que en el primero.
 El sonido de este disco es netamente americano. Característica que ya no abandonará a este grupo ni a Mark en su carrera en solitario. Por ponerle una pega, me recuerda mucho a algunas piezas de JJ Cale (Juan ¿Para cuando un disco de él?) pero él hace mejor lo de estar tirado en una hamaca o mecedora tocando indolentemente la guitarra. La conjunción de las guitarras de los hermanos Knopfler es extraordinaria y en el estéreo suenan de lujo, la batería de Pick Withers que en el primer disco no destaca en exceso, es contundente y marca el ritmo sin titubeos desde el primer acorde de “Once upon a time in the west” que abre la primera cara.
 En “News” y “Where do you think you’re going?” surgen dos de las mejores canciones de los de las “situaciones desesperadas”. Guitarras afiladas, redobles de tambores a medio tiempo que desembocan en un final en crescendo especialmente en la segunda. “Come on” y aparece la “mala leche” de las dos guitarras, cada una por su altavoz mientras retumba la batería y el bajo se hace presente con el final disolviéndose a lo lejos el conjunto. Dejándote con ganas de más.

“Communiqué” es más una canción de cabaret que de rock, demostrando el gusto, que Mark va a deletrear en sus discos en solitario, por otros estilos. Singular y original y... probablemente algo decepcionante para sus seguidores. A mí con el paso de los años me parece una obra maestra.
 “Lady writer”. Las comparaciones son odiosas, pretendió ser la continuación de su éxito en las listas y no lo consiguieron. Probablemente la más prescindible del disco aunque me sigue gustando. 

La siguientes cuatro canciones de la cara “B” son impecables. Me gustan especialmente “Portobello belle” (piano, piano) y “Single handed sailor”. Guitarras perezosas aderezadas con el calor de un porche en el sur de cualquier país o estado. Una delicia para una noche de verano. Aceleraciones y suaves toques de frenos para hacer mover rítmicamente los hombros. Mojito, hamaca y brisa para bajar la temperatura... No te digo nada si alguien te acompaña.
 Otro detalle interesante. El disco es corto, un poco más de cuarenta minutos. Suficiente para disfrutar sin cansar. Anímate a recuperarlo. Hay vida más allá de las obviedades musicales. Sube el volumen, los vecinos te lo agradecerán... Está de oferta.
 “But she is no garden flower. There is no distress in the tower.”

2 comentarios:

  1. Hombre, reconozco que la que menos escucho es Sultans of Swing (por la saturación histórica), pero no puedo dejar de sentirme más atraído por el sonido de muelle de puerto británico del primero que por el sonido americano (sí, sí, está clarísimo) a playa de vacaciones (lo grabaron en unas islas paradisíacas, ¿no?). Sin embargo, eschuchando y ¡viendo! los conciertos de la época, la producción de los discos desaparece y el sonido directo deja ver que estas canciones son tan buenas o mejores que las otras.

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  2. Aprendí a escuchar a los straits con su canción mas globalizadora: "money for nothing". A partir de ese momento, me conecté bastante a este grupo que me maravilló por completo al escuchar sus demás producciones, como el que se acaba de comentar. Este albúm tiene un estilo propio a mi modesta opinión: "El estilo Straits". Guitarras, bajo y baterías limpias, a veces acompañadas de un suave piano. En conclusión este albúm es el que mas me gusta de su discografía. Escucharlo al ocaso de vuelta a casa es una sensación sublime que te desconecta de este complicado mundo. Saludos desde Lima.

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